El 25 de julio de 1139, en los campos de Ourique, Afonso Henriques lideró al ejército portugués en una victoria decisiva contra los almorávides. Este triunfo marcó el inicio de la independencia de Portugal, al ser proclamado rey por sus tropas. Cuatro años más tarde, Alfonso VII de León reconocería oficialmente su título. Descubre los hechos, las fuentes históricas y el legado de este evento clave en la historia ibérica.
La Batalla de Ourique: Fundamento histórico del Reino de Portugal
Localización y contexto previo
La Batalla de Ourique tuvo lugar el 25 de julio de 1139, en los campos del actual Bajo Alentejo, sur de Portugal. Aunque algunos historiadores como Jorge Alarcão han propuesto ubicaciones alternativas más cercanas a Coimbra, la tradición sitúa el enfrentamiento en las cercanías de la actual Ourique.
En ese momento, el Condado Portucalense, liderado por el infante Afonso Henriques, se encontraba en plena expansión territorial en el marco de la Reconquista ibérica. Los almorávides, una dinastía musulmana que dominaba el sur de la península, representaban una amenaza constante para los cristianos del norte.
El enfrentamiento militar
Según los Annales D. Afonsi Portugallensium regis, redactados por Tello de Coimbra en 1185, las tropas cristianas comandadas por Afonso Henriques se enfrentaron a un ejército musulmán liderado por un tal “Rey Esmar”, posiblemente identificado como Ali ibn Yusuf o Muhammad Az-Zubayr Ibn Umar, gobernador de Córdoba.
A pesar de la superioridad numérica almorávide, que algunas crónicas exageran hasta los 400,000 soldados, los portugueses lograron una victoria decisiva. El historiador José Mattoso afirma que, aunque el evento fue mitificado, sí existió un enfrentamiento real, probablemente en forma de fossado (incursión rápida de saqueo).
Proclamación de Afonso Henriques como rey
Tras la victoria, Afonso Henriques fue aclamado por sus tropas como rey de los portugueses, adoptando el título Rex Portugallensis. Aunque no fue reconocido oficialmente por otros reinos en ese momento, comenzó a usar la intitulación real desde 1140.
El reconocimiento formal llegó en 1143, mediante el Tratado de Zamora, donde Alfonso VII de León, su primo y emperador de Hispania, aceptó la soberanía de Portugal en presencia del legado papal Guido de Vico.
El mito del milagro
La batalla adquirió tintes legendarios con el paso de los siglos. Según la Crónica de los siete primeros reyes de Portugal (1419), Afonso Henriques habría tenido una visión de Jesucristo antes del combate, garantizándole la victoria. Esta narrativa fue inspirada en el relato de Constantino en el Puente Milvio (312 d.C.).
Durante el reinado de Felipe II, el mito fue usado como símbolo de resistencia nacional y prueba divina de que Portugal debía existir como reino independiente.
Desmitificación y análisis moderno
Historiadores como Alexandre Herculano y Luis Antonio Verney cuestionaron la veracidad del milagro y la magnitud de la batalla desde el siglo XVIII. José Mattoso, en su obra D. Afonso Henriques, reconoce el carácter mítico del evento, pero defiende su existencia como hecho histórico, apoyado en fuentes como el Vita Theotonii (1162).
La historiadora Mónica Blocker-Walter también señala que los textos medievales exageran el papel heroico de Afonso Henriques, aunque no niega la existencia del enfrentamiento.
Legado de Ourique
La Batalla de Ourique se convirtió en el mito fundacional de Portugal, representado incluso en el escudo nacional con cinco escudetes que simbolizan a los cinco reyes moros vencidos. Más allá de su dimensión militar, fue un acto de afirmación política y cultural que consolidó la identidad portuguesa frente a León y Castilla.