Fundación de Santo Domingo: Bartolomé Colón y el nacimiento de la capital del Nuevo Mundo

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El 5 de agosto de 1496, Bartolomé Colón, hermano de Cristobal Colón, fundó la ciudad de Santo Domingo (actual capital de República Dominicana). Esta fue la primera ciudad europea fundada en el continente americano. Descubre y conoce el contexto histórico, la estrategia colonial y el impacto cultural de esta fundación que dio origen a la ciudad más antigua del Nuevo Mundo y que se convirtió en el centro político, religioso y económico.

Por: Carlos Ali Rodriguez | Publicado: 05 Ago 2025

Bartolomé Colón y la fundación de Santo Domingo

El escenario colonial en La Española

A finales del siglo XV, el descubrimiento de América por Cristóbal Colón había desencadenado una nueva era de exploración, conquista y asentamiento. La isla La Española, hoy compartida por República Dominicana y Haití, se convirtió en el epicentro de las primeras iniciativas coloniales de la Corona española. Tras el fracaso del primer poblado en La Isabela, fundado en 1493 en la costa norte de la isla, los colonizadores comprendieron que era necesario establecer un nuevo enclave más estratégico y sostenible.

Bartolomé Colón, hermano del almirante y gobernador interino en ausencia de Cristóbal, asumió la responsabilidad de reorganizar la presencia española en la isla. Su mirada se dirigió hacia la costa sur, específicamente a las márgenes del río Ozama, donde el terreno ofrecía mejores condiciones para el comercio, la defensa y la expansión territorial.

El nacimiento de una ciudad

El 5 de agosto de 1496, Bartolomé Colón colocó la primera piedra de lo que sería la ciudad de Santo Domingo. En sus inicios, el asentamiento fue bautizado como Nueva Isabela, en honor a la reina Isabel la Católica, protectora de los viajes colombinos. La elección del lugar no fue casual: el río Ozama ofrecía acceso fluvial, protección natural y una vía directa hacia el interior de la isla.

La fundación se realizó con una visión militar y administrativa. Se construyó una fortaleza conocida como La Torrecilla, y se dejó una guarnición de veinte hombres para asegurar el control del territorio. Bartolomé, como Adelantado, partió luego hacia la región de Jaragua, donde logró establecer acuerdos con los caciques Bohechío y Anacaona, consolidando así la autoridad española en la zona.

De aldea a capital del Nuevo Mundo

Aunque la ciudad original fue devastada por un meteoro en 1502, como lo relata Joaquín Balaguer en su obra Guía emocional de la ciudad romántica, la voluntad colonizadora no se extinguió. Fue entonces cuando el gobernador Nicolás de Ovando reconstruyó la ciudad en la margen occidental del río Ozama, dándole un trazado rectilíneo y monumental que aún se conserva en la actual Zona Colonial.

La nueva ciudad recibió el nombre de Santo Domingo de Guzmán, en honor al fundador de la Orden de los Predicadores. Esta reubicación y renombramiento marcaron el inicio de una etapa de esplendor urbano, religioso y político. Santo Domingo se convirtió en la Primera Capital de América, sede del primer cabildo, la primera catedral, la primera universidad y otras instituciones coloniales que definieron el modelo urbano hispanoamericano.

Testimonios históricos y legado arquitectónico

El historiador José Gabriel García aporta detalles sobre la fundación original, destacando la importancia de la fortaleza y la guarnición como elementos clave para la consolidación del dominio español. Además, la ciudad fue escenario de importantes desarrollos arquitectónicos que aún hoy se conservan:

  • El Alcázar de Colón, residencia oficial de Diego Colón, levantado en 1510.
  • La Catedral Primada de América, iniciada en 1521 y consagrada en 1546 por el Papa Paulo III.
  • La Torre del Homenaje, símbolo de poder y vigilancia, iniciada en 1503.
  • El Convento de los Dominicos, donde nació la Universidad de Santo Tomás de Aquino.
  • La Iglesia de San Nicolás, primer templo de piedra del continente, construido entre 1506 y 1508.

Estos monumentos no solo reflejan el poder colonial, sino también el esfuerzo por establecer una identidad cultural y religiosa en el Nuevo Mundo.

Santo Domingo como núcleo de expansión

La fundación de Santo Domingo por Bartolomé Colón fue mucho más que un acto administrativo. Representó el inicio de una estrategia de expansión que se replicaría en todo el continente. Desde esta ciudad partieron expediciones hacia Cuba, Puerto Rico, México y Sudamérica. Su puerto se convirtió en el principal punto de entrada y salida de bienes, personas e ideas entre Europa y América.

Además, la ciudad fue epicentro de la evangelización, con la llegada de órdenes religiosas como los dominicos y franciscanos, que establecieron conventos, escuelas y centros de formación. La presencia de la Iglesia fue determinante en la configuración de la vida cotidiana, la legislación y la cultura colonial.

Una ciudad que resistió y renació

La historia de Santo Domingo está marcada por la resistencia y la reconstrucción. Tras el desastre natural de 1502, la ciudad fue reconstruida con mayor solidez, convirtiéndose en modelo urbano para futuras fundaciones. Su trazado, basado en cuadrículas y plazas centrales, fue replicado en ciudades como Lima, México y Bogotá.

En 1990, la Zona Colonial fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, reconociendo su valor histórico, arquitectónico y cultural. Hoy, más de cinco siglos después, Santo Domingo sigue siendo un símbolo de identidad nacional y un testimonio vivo del inicio de la era colonial en América.

La fundación de Santo Domingo por Bartolomé Colón el 5 de agosto de 1496 marcó el nacimiento de la primera ciudad europea en el continente americano. Su evolución, desde aldea militar hasta capital cultural, refleja el impacto profundo de la colonización en la historia del Nuevo Mundo.

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